miércoles, 27 de febrero de 2008

como un chiquillo

¡Pero que ganas! Es que cuando veo el póster me vienen imágenes de mi infancia enfrente de la tele y el VHS pasándomelo que te cagas con Indiana Jones (Doctor Jones para los no tan amigos y enemigos).



Recuerdo que me levantaba temprano los días que no había colegio y me ponía una peli. No disponía de muchas opciones pero me daba igual porque las de Indiana Jones, Star Wars, Superman y Sergio Leone (spaghetti western) las podía ver mil veces sin cansarme.

Flipaba cuando descendía al pozo de almas y se encontraba rodeado de serpientes, cuando Tapón pisaba a fondo el acelerador ayudado de un trozo de madera pegado a su zapatilla (Indiiiiiiii!!!! Llámale Doctor Jones, muñeca), cuando sacaba el revolver y de un tiro tumbaba a un flipado con espada, cuando se le ve por primera vez la cara entre sombras de la selva mientras consulta un mapa del tesoro, cuando salta desde un avión con una barca hinchable, cuando corta el puente en dos,...y podría seguir mucho más.

Spielberg y George Lucas se lo habrán pasado de miedo volviendo a rodar esta peli. ¿A quién no le gustaría participar en un rodaje así?

Indiana Jones, uno de los personajes que más me gustan del cine, con su sonrisa pícara y sus brutas formas de recuperar un tesoro perdido. No es un héroe, no es una excelentísima persona, tampoco es un villano ni un perdido, pero a mí me encantan sus aventuras, su estilo y su carisma (gracias a Harrison Ford, el auténtico Indiana Jones).

¡Que ganas tengo de volverle a ver poniéndose el sombrero!

Espero disfrutar como un chiquillo otra vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joder, qué recuerdos. He visto esas pelis de enano tropecientasmil veces. Mi hermano también. Nos recuerdo a los dos tirando en el sofá viendo como Indy calcula cuanta arena poner para sustituir al ídolo sin activar la trampa. Para mi ésa siempre será "la escena".

Por cierto, si no te las has pasado deberías jugar a sus dos aventuras gráficas."Indiana Jones and the fate of Atlantis" es un juego que hay que pasarse una vez en la vida.

Un abrazo
Guille.